jueves, 3 de marzo de 2011

Desde su sueño

...y cuando abrió los ojos, el momento había pasado.
¡Qué breve es el gozo!, qué breve el sueño de la mujer que es muchas,
miles de partículas que forman su imaginación desbordante.

Cuando se da cuenta, el mundo fuera de su espacio es extrañamente plano,
unidimensional y bicolor. Como una fotografía en tonos sepia.
Sin embargo su corazón palpita fuerte y su cuerpo aún siente la mar agitada
y la claridad del aire, fresco y florido del placer vivido.

En alguna esquina de su memoria, el sentimiento la acompañará,
velado tal vez por varios dobleces de las horas que le continúan.
En su día de repeticiones y minutos acelerados,
a ratos se dará el gusto de sonreír, hacia afuera un poco y hacia adentro luminosamente,

por la felicidad del juego que es fuego
de sus propios amaneceres.


Detalle de un cuadro de Dalí que está en la National Gallery en Washington, D.C.

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